Hay esencialmente un premio que a los profesionales de la industria de inversión les gusta recibir y es el que entrega cada año Morningstar, en colaboración con elEconomista, a los mejores fondos de inversión, planes de pensiones y gestoras.
Por una noche, se sienten como estrellas de Hollywood al recibir su Oscar, aunque en este caso las estrellas que marcan la diferencia son otras, las de la consultora, que se han convertido en un símbolo de haber superado numerosos filtros cualitativos para merecerlas. Y las placas de cristal de Murano se han unido en esta distinción a los mejores profesionales y firmas en el mercado español. Los criterios para seleccionar los productos de inversión más consistentes se basan, en un 80 por ciento, en valorar la rentabilidad obtenida a 1, 3 y 5 años y, en un 20 por ciento, el riesgo, tanto a 3 como a 5 años.
Davide Pelusi, consejero delegado de Morningstar para España e Italia, resaltó el pasado jueves, durante la entrega de los galardones, cómo precisamente estas estrellas ayudan a destacar a los mejores fondos y planes, al igual que ocurre en los colegios con las calificaciones escolares. Unas notas que el sector valora por la independencia y transparencia que aplica Morningstar en su metodología, lo que ha permitido a la consultora ganar credibilidad entre los profesionales.
Sobre todo teniendo en cuenta las dificultades que tuvo el inversor el año pasado para encontrar gestores activos que se diferenciaran de sus competidores, en un entorno de mercado en el que la volatilidad dejó a casi todos los activos en pérdidas y en el que entró en escena la nueva directiva europea Mifid II, que este año dejará oficialmente comprobar de forma explícita los gastos asociados a la inversión, especialmente para quienes optan por el asesoramiento independiente.
Un tema muy importante, porque, como destacó Fernando Luque, editor senior de Morningstar España, las 12 categorías de renta variable europea monitorizadas por la firma consiguieron batir al índice de referencia antes de aplicar los costes, pero se quedaron por debajo después de incluirlos, excepto en dos categorías menores. Y esto ocurre en un momento en que la gestión pasiva está cogiendo impulso en el Viejo Continente, con una cuota de mercado que representa ya el 17 por ciento, aunque todavía lejos de las cifras de Estados Unidos.
Pero este porcentaje creciente denota el interés de los inversores por acudir a productos baratos si no encuentran verdadera gestión activa en los fondos de inversión y planes de pensiones, lo que presiona a las firmas por diferenciarse. Al igual que ocurre con los criterios de sostenibilidad, que Morningstar también valora con sus globos, uno de los temas que la industria de inversión ha empezado también a asimilar en sus estrategias a la hora de seleccionar compañías, aparte de la rentabilidad.
Según explicó en su intervención Carlos Sallé, director de Políticas Energéticas y Cambio Climático de Iberdrola, las teorías negacionistas de algunos gobiernos no impedirán que la revolución tecnológica verde siga adelante, con los beneficios económicos que reporta la aplicación de criterios de descarnonización, menos costosos que mantener los actuales procesos contaminantes. Algunos estudios estiman, por ejemplo, que Europa podría crear 670.000 empleos netos de aquí a 2050. Todo un reto, cuyo testigo han cogido las gestoras hace tiempo para adaptarse a esta nueva realidad.