El fenómeno del Niño parece que este año vendrá más pronto de lo que se espera, sobre julio, y según Australia con mayor fuerza.
El Niño es un efecto climático que suele presentarse en Navidad, de aquí su nombre. No obstante, parece que este año ha anticipado su regreso a casa para junio-julio, según la agencia meteorológica Australiana, y que además lo hará de forma moderada a fuerte. ¿Y qué trae consigo? Pues sequías y lluvias severas en cualquier parte del mundo, aunque muy concentrado en los países limítrofes al océano pacífico e índico más África ecuatoriana y Brasil.
¿Y a qué afecta? Pues a casi todas las materias primas agrícolas y a algunas industriales. Por ejemplo:
El café. Unas lluvias extremas en Brasil y fuertes sequías en Vietnam alterarían el 50% de la producción mundial, como ocurrió a principios de 2014, que hizo subir el precio un 100%.
La soja. Entre EEUU o a Brasil se reparten el 60% de la producción mundial, por lo que cualquier cambio climático podía afectar el precio.
El Trigo. Menores monzones o fuertes sequías en la India podrían afectar al 14% de la producción mundial.
¿Y los amantes del dulce? Pues también. India también es uno de los principales productores de caña de azúcar. Aunque los peor parados pueden ser los amantes al chocolate. El clima errático en Costa de Marfil, Gana y Camerún, que concentran el 70% de la producción de cacao, podría provocar una subida del 65% como ocurrió en 2014.
Aunque los que se ven afectados de forma más regular son el Cobre y el Níquel, que en promedio suben entre un 10 y un 14% cada vez que el Niño aparece. Por ejemplo, fuertes sequías en Indonesia, principal productor de níquel, reducirían la generación de electricidad hidroeléctrica y con ella, la producción del metal. Por su parte, lluvias fuertes en Perú y Chile, principales productores de cobre, podrían inundar sus minas y reducir la extracción.
Conclusión: más caro nos costará desayunar en el bar tostadas, cereales, beicon con café o chocolate.
¿Y la relación con la copa de Europa? Pues simple, ésta está hecha de acero inoxidable y éste con Níquel. Así pues, podría ocurrir que los años en que hay fenómeno del niño veamos copas más pequeñas.
Pero si hay una característica común en los niños es su imposibilidad de predicción, y el fenómeno climático no es una excepción. Tan solo espero que, por el bien de todos, caiga rendido antes de hora.