Hace un tiempo escribí este post que tenía ganas de publicar. Con los tiempos que corren sería más acorde hacer uno sobre el Armageddon que está habiendo en el mercado o el cuento de malvados petroleros y reies centrales. Pero es que siempre habrá capítulos para estos cuentos. Así que permítanme hablar del tiempo y los acuerdos sobre el cambio climático de la cumbre de París.

Para aquellos que os resulte más simple ver un vídeo os dejo el link de las dos partes.

Han tenido que pasar 21 conferencias anuales de cambio climático (llamadas COP por las siglas en inglés de Conference Of the Parties) para que 196 países se pongan de acuerdo en París en una cosa: «Sí, hay cambio climático provocado por el hombre».

¿Sobre qué hay acuerdo?

Aunque no hay obligación a nada por parte de los países, todos ellos indican que intentarán que en 2050 el planeta alcance una diferencia máxima de temperatura a los niveles pre-revolución industrial de 2 grados. No pasa nada. Hoy estamos en una diferencia de un grado. Parece que todavía hay camino, pero… no es así. Según la Organización Mundial de Meteorología (a través del IPCC) la temperatura aumenta por el agregado de emisiones, cada año de emisiones suma y todo parece indicar que estamos cerca del máximo. Según ellos, para alcanzar los dos grados propuestos, en 2080 no se debería emitir ni un gramo de CO2, cero, se terminó, c’est fini, game over. 

 

Fácil, ¿no? Ponemos todo de energía eólica y solar, y listos.

Por este motivo, en la semana siguiente a la finalización de la conferencia el crudo se dejó un 7% mientras que el ETF sobre empresas solares subía un 15%, con subidas en SolarCity o SunEdison de más del 50% (gracias también a una extensión del crédito fiscal a las renovables en Estados Unidos).

Problema:

  1. Se necesita de una producción estable que no dependa del clima (de lo contrario nos podemos encontrar con un frio invierno sin sol, sin luz y sin electricidad) y
  2. La generación eléctrica tan solo representa el 28% de las emisiones, el resto se reparte en partes parecidas entre desforestación (12%), transporte (12%), industria y construcción (16%),  agricultura (14%) y otros. 

Pero permítanme ir un poco más al detalle. Hoy día, el 82% de la energía producida en el planta proviene de fuentes fósiles (gas, petróleo y carbón) equivalente a unos 11.000 millones de barriles de petróleo, el resto, hasta alcanzar el total de 13.000 millones, proviene de energías renovables y biomasa (11%) e hidroeléctrica y nuclear (7%).

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE o IEA en inglés), en 2040 el peso de la energía que proviene de fuentes fósiles bajará hasta el 70%. Es una condición necesaria pero no suficiente. ¿Por qué? En 2040, el planeta habrá crecido tanto en PIB como en población. Se espera que seamos 1.500 millones de personas más. Si uno hace los cálculos se da cuenta que por esas fechas la energía que provenga de fuentes fósiles no se habrá reducido sino al contrario, aumentado un 18%.

Conclusiones:

Quien mejor resume la jornada es George Monbiot, quién declaró en The Guardian: “En comparación con lo que podría haber sido, es un milagro. Y en comparación con lo que debería haber sido, es un desastre”.

El acuerdo de París beneficia principalmente a Europa, ya que la incentivación a energías limpias ha sido mayor. De no haber existido acuerdo, simplemente nos hubiéramos quedado como el único de clase que hace los deberes

Para alcanzar la diferencia de dos grados respecto a la época pre revolución industrial, se va a necesitar otra revolución, no solo en la generación eléctrica.

Dos grados parecen no ser nada, pero puede llegar a ser la diferencia entre agua en estado sólido o agua en estado líquido. Depende de nosotros, de todos nosotros.

Fuente: Unience