La Vanguardia – 24/03/2014

Soplan buenos vientos para el mercado inmobiliario español. Lo ilustra el edificio España. Ubicada en el corazón de Madrid, la colosal construcción, propiedad del Banco Santander, lleva años cerrada –el tiempo que dura la crisis–. Sin embargo, la Comunidad de Madrid ya ha anunciado que su suerte podría cambiar tan pronto como pase a manos de Wang Jianlin, una de las mayores fortunas del mundo, a un precio que rondaría entre los 260 y los 280 millones de euros.

Vale el ejemplo como introducción a uno de los nuevos fenómenosque se está dando en el ámbito bursátil. A lo largo de este 2014, dos socimi españolas (sociedades cotizadas de inversión en el sector inmobiliario) ya han saltado al parquet (se trata de Lar e Hispania), y otras 18 preparan su incorporación en los próximos meses, según fuentes consultadas por este diario. “El éxito de las socimi a la hora de atraer capital constata el apetito de los inversores por las propiedades españolas”, publicaba esta misma semana The Wall Street Journal.

“Tengo clientes preguntándome por el tema – dice Ignacio Porta, socio de Capital Value –. Lo cierto es que Guindos (ministro de Economía) está intentando poner en marcha algo que ya funciona en los países anglosajones. Allí se llaman REIT (real estate investment trust). Aquí son socimi: se trata de lograr que estas sociedades, que adquieren, promocionan y rehabilitan edificios para su alquiler, coticen”.

Para que se geste este fenómeno, todo converge ahora, opinan los analistas. En España, el mercado inmobiliario está a nivel de suelo: su recorrido es inmenso. Para los grandes inversores internacionales, el panorama queda claro. Lo demuestra el hecho de que George Soros y John Paulson hayan entrado en Hispania. “Pero no nos engañemos – dice Xavier Brun, gestor de fondos de Solventis –. La inversión de Sorosen Hispania es mínima. Sus 90 millones de euros equivalen a veinte euros míos…”.

Sólo hay un pero, entienden todos. El mercado español sigue siendo rígido. Desde que se rompió la burbuja, interpretan, los precios han bajado muy poco a poco. Y esa rigidez ralentizará el proceso de recuperación: los precios también subirán despacio.

“Aun así, el momento es único –añade–. Entre otros motivos, porque más allá de la renta variable, es casi imposible encontrar buenas rentabilidades. Una socimi puede obtener rendimientosde entre el 9% y el 10%. Y eso, si lo comparas con la rentabilidad que hoy te da el bono a diez años (sobre el 3,35%)…”.

Fuente: La Vanguardia