La institución que preside Mario Draghi ha decidido reducir en otro cuarto de punto el precio oficial del dinero, hasta un 0,25%. Una medida que según el banquero central contribuirá a "impulsar el crédito" entre empresas y hogares. Pero, ¿cómo afectará exactamente a bancos, ciudadanos y compañías que el dinero valga menos? ¿Favorecerá el consumo y la recuperación?
Los expertos se muestran cautelosos. "Es verdad", dice Victoria Torre, economista analista de Selfbank, "que habrá un efecto psicológico positivo a escala macroeconómica, pero el traslado de los beneficios a la economía real es complicado".
Y es complicado por varios motivos. Por un lado, los tipos de interés ya estaban inusualmente bajos (bajaron del 1% en 2011), por lo que una nueva rebaja no supondrá un vuelco drástico. Por otro, como apunta Christian Torres, economista de Solventis, "porque el crecimiento es todavía muy débil", lo que sigue consituyendo "un riesgo y también un lastre de cara al futuro".